Lluvia de denuncias sexuales contra el exginecólogo de USC: ya se han reportado más de 300 víctimas

Tras revelarse la razón de la salida del doctor George Tyndall del centro médico universitario, la institución destinó una línea telefónica para que pacientes afectadas llamaran a contar sus casos y desde entonces no ha parado de sonar. Algunas de las mujeres que han hablado públicamente les recomiendan a las demás que consigan un abogado en lugar de contactar a la universidad.

Angela Esquivel Hawkins tenía 21 años y era estudiante de la Universidad del Sur de California (USC) en noviembre de 2006 cuando fue agredida sexualmente por un compañero de estudios. Fue al centro médico del campus para ser examinada y buscar ayuda. Allí fue atendida por el ginecólogo George Tyndall, el mismo doctor que para ese entonces ya había sido denunciado en múltiples ocasiones por su conducta inapropiada. Pero ni ella ni la docena de pacientes que este doctor veía a diario lo sabían.

"Es horroroso saber que en un momento tan vulnerable en mi vida estaba en las manos de un depredador", lamenta Angela, quien decidió contar su historia para ser la voz de muchas posibles víctimas de este doctor en el que confiaron miles de adolescentes por creer que estaban en un lugar seguro, donde se suponía solo podían protegerlas: su centro educativo.

Doce años después esta mujer se pregunta si fue una de las víctimas de Tyndall, quien ha sido acusado hacer comentarios sexuales a sus pacientes, tocarlas inapropiadamente y prácticas irregulares en sus examinaciones como tomar fotos de los genitales e introducir sus dedos en las vaginas de las mujeres a lo largo de las tres últimas décadas. Ya había registro de estas acusaciones cuando Esquivel visitó su consultorio.

"Como estaba traumatizada, mis recuerdos de la examinación son vagos, más allá del hecho de que sí recuerdo que el doctor Tyndall me tuvo en la sala de exámenes por un periodo muy largo de tiempo", explicó la egresada de USC en una rueda de prensa junto a su abogada.

La semana pasada Esquivel Hawkins intentó obtener los registros de su visita a la clínica de USC, pero se enteró de que su historial médico había sido destruido entre 2015 y 2017. "Esto es muy descepcionante para mí. Yo fui donde el doctor Tyndall porque fui violada por otro hombre y ahora me siento violada de nuevo: darme cuenta de que el doctor Tyndall fue asignado para atenderme después de una agresión sexual cuando la universidad tenía conocimiento, según reportes, de previas acusaciones de abuso en contra de él", aseguró leyendo su emotivo testimonio.

Ella habla del escándalo que estalló la semana pasada en la universidad en la que estudió, al descubrirse una cara oculta del ginecólogo que trabajó durante casi 30 años en el centro médico de la institución, una faceta que al parecer algunos directivos sí conocían, pero decidieron ignorar. Una información muy delicada y que muchas estudiantes merecían saber, pero que de no ser por una investigación del diario Los Angeles Times aún seguiría siendo un secreto, como solía ser el trato que hicieron el año pasado con Tyndall para que renunciara sigilosamente a cambio de una indemnización.

Como ella, muchas otras mujeres se han sentido defraudadas con su alma máter, USC, que ahora está bajo fuego y atraviesa por una crisis institucional debido al mal manejo de este caso.

"Ellos perdieron la oportunidad de salvar a muchas mujeres de su abuso (de Tyndall)", señaló Alexis Rodriguez, quien escribió a máquina en 1995 una carta quejándose por una extraña visita al médico: su ginecólogo tenía una revista de Playboy en su escritorio, usó un bisturí en un absceso vaginal sin anestesia y cuando ella se negó, marcó su historia médica con la palabra "difícil".

El comité ejecutivo del Consejo Administrativo de USC anunció este miércoles que abogados externos llevarán a cabo una investigación independiente del asunto. Esta pesquisa sería no solo para analizar el comportamiento de Tyndall, sino también para revisar lo que la junta administrativa ha llamado "las fallas en reportar" que permitieron que este doctor permaneciera en la clínica por 27 años y tratara a decenas de miles de estudiantes.

En medio de la turbulencia, la comunidad universitaria –incluyendo los maestros– han pedido hasta la renuncia del presidente de la universidad, USC, C. L. Max Nikias, quien se ha disculpado en nombre de la institución por no haber hecho pública la investigación interna que fue conducida en 2016 y por la cual decidieron la salida de Tyndall.

Cientos de mujeres hablan

Tras la publicación del reportaje del LA Times, USC se vio en la obligación de reaccionar y una de las medidas que tomó fue abrir una línea telefónica para que posibles víctimas de este doctor llamaran a denunciar sus casos. Desde ese día el teléfono no ha parado de sonar: más de 300 personas han contactado este número de USC y han escrito a un portal establecido con el mismo propósito.

"USC ha pedido a las víctimas que llamen a una línea telefónica especial. Yo lo hice, pero cuando los contacté me dijeron que la información que les estaba dando iría al equipo legal de USC. Estoy muy preocupada porque el interés de su equipo legal es proteger la institución, no a las víctimas", dijo Esquivel Hawkins y explicó que por eso prefirió contactar a la abogada Gloria Allred para que la represente en una demanda formal.

Esta mujer hizo un llamado a que otras víctimas del doctor Tyndall contacten un abogado privado en lugar de llamar a la universidad.

¿Por qué es parecido a las denuncias contra Weinstein? Porque muchos de estos hechos ocurrieron hace años y las víctimas no cuentan con evidencia física. Aún así, la Policía ha pedido explícitamente a las expacientes de Tyndall que los contacten directamente si tienen algo que reportar.

Mientras más mujeres se deciden a hablar, hay montañas de evidencia de que empleados de USC recibieron advertencias serias sobre este ginecólogo, las cuales fueron ignoradas durante años por los directivos.

Después de que el diario Los Angeles Times le enviara preguntas detalladas a la universidad acerca de Tyndall, la universidad reconoció que el exdirector del centro médico del campus, Lawrence Neinstein, quien murió en 2016, había recibido quejas del doctor desde al menos el año 2000. Sin embargo, USC expuso que Neinstein manejó a Tyndall "independientemente" y no está claro por qué le permitió seguir trabajando en la clínica.

Los directivos de USC han dicho que ahora están cooperando con una investigación que acaba de abrir la Junta Médica de California, la agencia estatal que otorga las licencias e investiga a los médicos. Esta debería haber sido la primera autoridad con la que la universidad debió haber reportado lo que encontró hace meses tras investigar la conducta del doctor Tyndall. Ellos pueden desde quitarle su licencia, hasta referir el caso a fiscales para que entablen acciones legales en su contra.

La excusa de USC para no hacerlo fue decir que ellos no se regían bajo las mismas leyes que los hospitales y clínicas y que las denuncias contra el exginecólogo fueron tomadas por recursos humanos, al ser este un empleado de la institución. Probablemente esta explicación no le convenza a la Junta Médica estatal.

Por; Univision
Mayo 28, 2018

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